La vitamina D participa en el sistema inmunológico y fortalecimiento de los huesos. Sin embargo, también se ha comenzado a revelar su papel crucial en la salud mental.
En este artículo profundizaremos en la importancia de esta vitamina para fortalecer y proteger nuestra salud mental.
Vitamina D: tipos y fuentes
La vitamina D es una hormona que desempeña múltiples funciones en el cuerpo. Existen dos formas principales: la vitamina D2, obtenida de plantas y alimentos fortificados, y la vitamina D3, producida en la piel en respuesta a la radiación ultravioleta (UVB) y también presente en ciertos alimentos de origen animal. Otra forma de obtenerla es mediante la ingesta de suplementos que contienen colecalciferol, también conocido como vitamina D3.
La exposición al sol es la fuente más eficiente de vitamina D, pero factores como el clima, la estación del año, el uso de protector solar y la pigmentación de la piel pueden afectar la cantidad producida.
La deficiencia de vitamina D es común en países de latitudes altas, durante los meses de invierno, y en personas con poca exposición solar o que tienen una dieta pobre en esta vitamina. Incluso, en países tropicales hay regiones con alta incidencia de radiación solar que registran déficit de vitamina D. La disminución de los niveles de esta hormona puede ser la puerta de entrada a múltiples condiciones de salud física y mental, de allí la importancia de la vitamina D para mantener el bienestar general.
Vitamina D y salud mental
La vitamina D tiene receptores en varias áreas del cerebro, incluida la región del hipocampo, que se asocia con el estado de ánimo y la memoria. Además, modula la actividad y síntesis de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que son cruciales para la regulación del estado de ánimo y las emociones.
Una deficiencia de vitamina D ha sido relacionada con una mayor incidencia de trastornos mentales, tales como la depresión, la ansiedad y el trastorno afectivo estacional (TAE). Este último se presenta comúnmente en invierno, cuando la luz solar es escasa, lo que provoca una disminución en los niveles de vitamina D y, consecuentemente, puede impactar en el estado de ánimo de manera negativa (1)
Vitamina D y depresión: ¿qué dice la ciencia?
Diversas investigaciones se han enfocado en estudiar la correlación deficiencia de vitamina D y depresión. Un estudio de 2021 sobre la eficacia de la suplementación con vitamina D en adultos mostró que las personas con bajos niveles de esta hormona tienen un mayor riesgo de presentar síntomas depresivos (2).
Otro estudio de 2019, encontró una relación beneficiosa entre la vitamina D y la actividad física (marcha nórdica) con la mejora de la atención, las funciones ejecutivas y la velocidad de procesamiento en mujeres mayores (3).
A pesar de ello, la relación entre la vitamina D y la depresión aún no se entiende del todo. Aunque algunos estudios sugieren que los suplementos de vitamina D pueden mejorar el estado de ánimo en personas con deficiencia, otros no han encontrado un efecto significativo. Aún se requiere más investigación para esclarecer cómo y en qué medida la vitamina D afecta la salud mental.
Lo que sí está claro, es que la deficiencia de vitamina D puede incidir en el desarrollo de múltiples condiciones de salud física y mental, por lo que se hace imprescindible mantener niveles adecuados de esta hormona.
Vitamina D y suplementos
Cuando no se tienen niveles óptimos de vitamina D, una manera de suplir esta falta es a través de la suplementación, bien sea a través del ergocalciferol o el colecalciferol. Estos suplementos se comercializan solos o combinados con otras vitaminas y minerales.
Para una mejor absorción, se recomienda consumirlos acompañados de alguna comida con un componente graso, ya que la vitamina D es liposoluble, lo que quiere decir que se disuelve en las grasas. Sin embargo, antes de iniciar la ingesta de un suplemento, es importante acudir al médico para que sea éste quien evalúe la pertinencia del tratamiento.
Referencias
1. Penckofer, S., Kouba, J., Byrn, M., & Estwing Ferrans, C. Vitamin D and depression: where is all the sunshine?. [Internet]. 2010. Issues in mental health nursing. [Consultado el 09 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC2908269/#S2
2.Li, G., Mbuagbaw, L., Samaan, Z., Falavigna, M., Zhang, S., Adachi, J. D., Cheng, J., Papaioannou, A., & Thabane, L. Efficacy of vitamin D supplementation in depression in adults: a systematic review. [Internet] 2014. The Journal of clinical endocrinology and metabolism. [Consultado el 09 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5112012/#S29
3. Lipowski, M., Walczak-Kozłowska, T., Lipowska, M., Kortas, J., Antosiewicz, J., Falcioni, G., & Ziemann, E. Improvement of Attention, Executive Functions, and Processing Speed in Elderly Women as a Result of Involvement in the Nordic Walking Training Program and Vitamin D Supplementation. [Internet]. Nutrients. 2019. [Consultado el 09 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6628124/#sec6-nutrients-11-01311