Vitamina D para la piel

Vitamina D para la piel: ¿Cómo utilizarla?

La piel produce vitamina D en respuesta a la exposición a la luz solar y se encuentra naturalmente en muy pocos alimentos. Complementar con vitamina D por vía oral es una forma efectiva de satisfacer sus necesidades y prevenir la deficiencia.

¿Para qué sirve la vitamina D?

La vitamina D es sintetizada por nuestro organismo a través de la acción de los rayos solares por la piel. Se le ha llamado la vitamina del sol y está involucrada en varios procesos corporales, también debido a su doble función como vitamina y hormona.

Obtener suficiente vitamina D se asocia con un menor riesgo de ciertas enfermedades, como enfermedades infecciosas, diabetes tipo 2 y una mejor salud mental.

Esta vitamina es un regulador del metabolismo del calcio y por ello es útil en la calcificación de los huesos. La vitamina D también contribuye a mantener niveles normales de calcio y fósforo en la sangre.

Otras funciones de la vitamina D son:

  • Controla la asimilación de calcio y fosfato en el intestino delgado
  • Tiene un efecto positivo en el funcionamiento muscular
  • Regula el sistema inmune
  • Reduce el riesgo de sufrir fracturas por osteoporosis
  • Tiene un efecto importante sobre el metabolismo de los carbohidratos

Beneficios de la vitamina D para la piel

En dermatología y cosmetología, la vitamina D en la piel se usa en forma de análogos sintéticos en crema, sin embargo, garantizar niveles apropiados en sangre es especialmente importante y esto se logra con la síntesis desde la piel o la ingesta vía oral. La vitamina D es importante para:

  • Reforzar las defensas de la piel: intensificar así la función de barrera que ejerce la piel.
  • Atenuar estados inflamatorios: por un lado reduciendo las exacerbaciones de cuadros de inflamación  y por otro facilitando los procesos de cicatrización. En combinación con la vitamina E, puede ayudar a calmar la irritación de la piel asociada con la dermatitis de contacto.

Vitamina D para el acné

La vitamina D tiene propiedades que pueden combatir las bacterias que se encuentran en la piel. Algunos tipos de acné pueden ser causados por una excesiva cantidad de bacterias. Se sabe que el efecto inmunomodulador de la vitamina D favorece un riesgo menor de infecciones.

También tiene una propiedad descongestionante. Los niveles óptimos de vitamina D en el sistema inmune ayudan, además, a reducir síntomas inflamatorios del acné. 

Tomar suplementos de vitamina D y consumir alimentos que la contengan podría ser una forma alternativa de tratar los brotes de inflamación recurrente asociados al acné.

Vitamina D para las manchas

Este nutriente hace grandes cosas por la piel e incluso puede ayudar a retardar el aspecto del envejecimiento. Es fundamental aplicarse protector solar diariamente para evitar las manchas y el melasma.

La vitamina D también sirve como agente protector. Ayuda a las células de la piel a crecer y repararse. En estos casos se puede optar por cremas que contengan vitamina D.

Vitamina D para piel reseca

Debido a su papel integral en la función de barrera de la piel y el crecimiento de sus células, además de mantener el sistema inmunitario de la misma, la vitamina D ha demostrado utilidad en afecciones que cursa con piel reseca como el eczema y la psoriasis. 

Los suplementos que contienen vitamina D contribuyen a mejorar los síntomas de estas enfermedades que, además de sequedad, provocan prurito. También ayuda a mantener la piel hidratada reteniendo la humedad en los poros. 

¿Dónde podemos encontrar vitamina D?

Alimentos

Si quiere obtener suficiente vitamina D con su dieta, debe incluir alimentos que naturalmente la contengan o que hayan sido fortificados. 

La vitamina D, importante para el organismo, está presente casi exclusivamente en los alimentos de origen animal, especialmente en:

  • pescados como el arenque, el salmón y la sardina
  • el aceite de pescado
  • margarina y mantequilla
  • leche y yema de huevo
  • alimentos fortificados, como algunas cremas para untar y cereales para el desayuno

Los champiñones y el aguacate, también, contienen vitamina D, pero en una forma que el cuerpo no asimila fácilmente. 

En definitiva, solo con la nutrición resulta difícil cubrir todo el requerimiento diario de vitamina D. La mayor parte la debemos producir nosotros mismos y esto no se puede hacer sin exponerse a la luz solar por tiempo suficiente.

La exposición a la radiación solar muchas veces es poco recomendada por los dermatólogos, debido al efecto dañino que puede tener la misma sobre la piel.

Suplementos

En los suplementos, así como en los alimentos enriquecidos, la vitamina D puede estar presente en dos formas diferentes, D2 (ergocalciferol, de origen fúngico y vegetal) y D3 (colecalciferol, de origen animal). 

Los adultos de entre 19 y 50 años necesitan al menos 600 UI de vitamina D al día para mantener los huesos sanos y la función muscular intacta, según el Instituto de Medicina de Estados Unidos, sin embargo, la Sociedad de Endocrinología del mismo país recomienda 1500 a 2000 UI para garantizar todos los beneficios que se han asociado con tener buenos niveles de vitamina D en el organismo.

Algunas personas pueden necesitar dosis más altas, incluidas aquellas con un trastorno que interfiera con la absorción de vitamina D o calcio.

Los suplementos de vitamina D pueden ayudar con muchas afecciones de la piel, incluida la piel seca, con picazón y la psoriasis, el uso tópico es una opción que contribuye con el control de dichos síntomas.

A menos que su médico lo recomiende, evite tomar más de 4000 UI por día, que se considera el límite superior seguro.

La mayoría de los efectos secundarios de la vitamina D se deben a la ingesta de suplementos, sobre todo si se consume más de la dosis apropiada. Como los alimentos tienen pocas cantidades de vitamina D es muy difícil que provoquen una reacción adversa o intoxicación. 

El sol es una fuente importante de vitamina D en una persona que no tiene una dieta rica en estos alimentos. La clave con la exposición al sol es que no es necesario quemarse para obtener una cantidad saludable de vitamina D, en cambio, esta exposición debe ser frecuente y a horas en las que la incidencia de los rayos solares sea más directa.

Está perfectamente bien pasar tiempo al aire libre de manera segura para mejorar los niveles de vitamina D, sin embargo, sí se debe evitar una quemadura solar.

La luz ultravioleta del sol causa daño directo en el ADN, lesiones en la piel y cáncer de piel. Por lo tanto, siempre se debe tener cuidado con la exposición excesiva.

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