La vitamina D ha sido muy valorada por su papel en la salud ósea. Sin embargo, con los avances científicos recientes se ha revelado su importancia crucial en el cuidado del corazón y el sistema cardiovascular.
¿Qué es la vitamina D y por qué es tan importante para una buena salud cardiaca? Vamos a verlo.
Vitamina D y la salud cardiovascular
La vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir, se disuelve en grasa, por lo que su absorción se lleva a cabo con los alimentos que ingerimos. Se almacena en el tejido graso del cuerpo, así como en el hígado.
La razón por la cual la vitamina D es fundamental para la salud del sistema cardiovascular es porque es un componente de la regulación del calcio y el fósforo en el cuerpo. Esto es importante porque ambos minerales son esenciales para la contracción muscular, una función básica de la que depende el corazón para funcionar adecuadamente.
Además, la vitamina D ayuda a mantener la flexibilidad y la salud de los vasos sanguíneos, lo que es clave para prevenir la hipertensión, una de las principales causas de enfermedades cardíacas. Así mismo, la vitamina D es eficaz para regular el sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS), controlando la producción de renina, una sustancia involucrada en el aumento de la presión arterial. Al equilibrar este sistema, la vitamina D puede contribuir a mantener una presión arterial saludable.
De igual manera, se ha demostrado, en modelos experimentales, que la vitamina D tiene efectos positivos en la salud cardiovascular. Uno de ellos son sus propiedades antihipertróficas, que evitan el crecimiento exagerado de las células. Además, la vitamina D inhibe la proliferación de cardiomiocitos, que son células cardíacas que se contraen de forma espontánea e individual. También se ha encontrado que la vitamina D puede contrarrestar el efecto de algunas hormonas encargadas de la vasoconstricción, como las angiotensinas, cumpliendo una función antihipertensiva (1).
Por eso, para cuidar el corazón es necesario asegurar una ingesta adecuada de vitamina D en función de la edad y el sexo. El National Institutes of Health en Estados Unidos recomienda las siguientes cantidades diarias:
0-12 meses: 10 mcg
Lactantes (0-12 meses): 400 UI (10 mcg) por día.
Niños (1-18 años): 600 UI (15 mcg) por día.
Adultos (19-70 años): 600 UI (15 mcg) por día.
Adultos mayores (más de 70 años): 800 UI (20 mcg) por día.
Mujeres embarazadas y en lactancia: 600 UI (15 mcg) por día. (2)
Consecuencias de la deficiencia de vitamina D en la salud del corazón
La deficiencia de vitamina D puede tener serias repercusiones en la salud cardiovascular. Cuando los niveles de esta vitamina son bajos, aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión y enfermedades cardíacas. Esto se debe a que la falta de vitamina D puede provocar un endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) y una mayor predisposición a la inflamación, ambos factores que incrementan significativamente el riesgo de eventos cardíacos adversos.
Además, la deficiencia de vitamina D se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, una condición que aumenta las posibilidades de desarrollar problemas cardíacos. (3).
La deficiencia de vitamina D puede estar inducida por múltiples factores, tal y como se menciona en este artículo sobre vitamina D y salud cardiovascular.
Cómo obtener la vitamina D: sol, alimentos y suplementos
La principal forma de obtener vitamina D es la exposición al sol. Sin embargo, no todas las personas tienen acceso a la luz solar por cuestiones geográficas. Además, la exposición prolongada y sin los cuidados adecuados puede ser perjudicial para la salud de la piel en el largo plazo.
La vitamina D se puede obtener a través de ciertos alimentos como los pescados grasos (salmón, atún, sardinas), el hígado de res, los huevos y los productos lácteos fortificados. A pesar de esto, muchas personas no obtienen suficiente vitamina D solo de la dieta, por lo que los suplementos pueden ser necesarios.
Los suplementos de vitamina D están disponibles en dos formas principales: D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol). Este último es la forma más eficaz para aumentar los niveles de vitamina D en el cuerpo y es la opción recomendada para aquellos con deficiencia. Por eso, saber cuáles son los niveles adecuados de vitamina D y actuar ante una deficiencia es una forma de cuidar la salud cardiovascular.
Sin embargo, es importante que sea un médico especialista el que recomiende su ingesta, en función de la condición y necesidades del paciente.
Referencias:
Haider, F., Ghafoor, H., Hassan, O. F., Farooqui, K., Bel Khair, A. O. M., & Shoaib, F.Vitamin D and Cardiovascular Diseases: An Update. [Internet]. Cureus, 15(11), e 49734. [Consultado el 16 de agosto de 2024 ]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10757591/
Vitamin D. [Internet] National Institutes of Health. Office of Dietary Supplements. [Consultado el 16 de agosto de 2024 ]. Disponible en: https://ods.od.nih.gov/factsheets/VitaminD-HealthProfessional/
Lips, P., Eekhoff, M., van Schoor, N., Oosterwerff, M., de Jongh, R., Krul-Poel, Y., & Simsek, S. Vitamin D and type 2 diabetes. The Journal of steroid biochemistry and molecular biology. [Internet] 2017. The Journal of steroid biochemistry and molecular biology, 173, 280–285. [Consultado el 16 de agosto de 2024 ]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27932304/