La vitamina D, a diferencia de otras vitaminas, la puede producir el cuerpo en presencia de luz solar.
En vista de que la exposición solar es un tema delicado y peligroso para nuestra piel, es de suma importancia considerar otras alternativas.
Desde muy temprana edad es vital su ingesta por la gran importancia que tiene en la absorción de calcio y fósforo.
El papel principal de la vitamina D está identificado con la salud de los huesos Los bebés lactantes necesitan un suplemento de vitamina D porque la leche materna por sí sola no aporta suficiente cantidad. Igual los bebés alimentados con leche de fórmula o en forma mixta.
¿Por qué los bebés necesitan vitamina D?
En esta primera etapa de sus vidas, cuando sus huesos están en crecimiento, necesitan la vitamina D para asimilar al máximo el calcio y el fósforo.
Durante toda la infancia, adolescencia y adultez también es recomendable el consumo de vitamina D a través de alimentos y suplementos.
Ya no necesariamente por su efecto asociado al sistema óseo, sino por sus otras propiedades, que hoy en día, se conoce que son diversas..
La diferencia con la primera etapa de vida, desde el nacimiento hasta los 12 meses, es que durante esta época, los bebés no tienen otra forma de obtenerla y que su nutrición depende en gran medida de la madre.
Las fuentes de vitamina D son:
- A través de la exposición solar.
- A través de una dieta.
- A través de suplementos.
- Exposición solar:
Es la única vitamina que el cuerpo humano puede sintetizar bajo el efecto del sol. Lo ideal para producirla de esta manera sería la exposición al sol con la piel descubierta.
Pero debido al uso del protector solar, altamente recomendado por los dermatólogos para todas las actividades al aire libre, como protección ante el cáncer de piel, es imposible producirla de forma natural.
Además, un bebé por la naturaleza delicada de su piel, no puede exponerse al sol sin protector solar por tiempo prolongado y al hacerlo debe seguir las recomendaciones del pediatra.
Hay otras circunstancias que influyen en la producción de vitamina D de esta forma: la contaminación ambiental (smog), el lugar de residencia donde hay menos luz durante el año, las estaciones y el color de la piel.
- Dieta:
Hasta los 6 meses de vida, es probable que el bebé solo ingiera leche en su alimentación, sea materna o de fórmula.
Si son amamantados, el suplemento de vitamina D será el único que les provea esta vitamina en la cantidad necesaria según la indicación médica. La leche materna por sí sola no provee suficiente vitamina D, más aún si la madre tiene niveles bajos de vitamina D por sí misma.
Si son alimentados con leche de fórmula, aunque vienen en presentaciones fortificadas con esta vitamina, igual necesitarán la administración de vitamina D en función de la formulación administrada.
Después de los 6 meses algunos alimentos pueden aportar vitamina D como: pescados grasos (salmón, atún, trucha, caballa, sardinas), hígado de ganado vacuno, mantequilla, huevos y hongos, desde luego la introducción de los alimentos deberá ser progresiva. Estos alimentos se pueden agregar a la dieta siempre y cuando sean indicados por el pediatra.
- Suplementos:
La vitamina D se puede conseguir sola o en suplementos multivitamínicos.
Para los bebés deberá ser en presentación de gotas o solución para facilitar su administración.
Beneficios de los suplementos de vitamina D en bebés
- Ayuda a los huesos a absorber el calcio y el fósforo, que son necesarios para un crecimiento y desarrollo saludable.
- Estimula el sistema inmunitario:
- Tiene efectos moduladores sobre las células del sistema inmune: linfocitos, macrófagos y células dendríticas.
- Aumenta el número de linfocitos Th2 produciendo un efecto antiflamatorio.
- Aumenta los mecanismos de eliminación de patógenos con la síntesis de agentes antimicrobianos.
- Actúa sobre los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo.
¿Cuánta vitamina D necesitan los bebés?
Suplementos de vitamina D en bebés: dosis recomendada
Los bebés necesitan una ingesta diaria de vitamina D, sea que solo se alimenten de leche materna o de leche de fórmula o en forma mixta.
La dosis recomendada es 400 UI diariamente, en solución o gotas. Esta indicación se puede mantener hasta que el bebé ingiera al menos 1 litro de leche diaria enriquecida con vitamina D.
Los niveles de vitamina D en los neonatos dependen de los niveles maternos durante la gestación.
Para embarazo y lactancia materna se recomienda suplementación de vitamina D. Incluso se sabe que en bebés prematuros la dosis varía porque nacen con niveles muy bajos de vitamina D.
Fuentes naturales de vitamina D recomendada para bebés
Un dato importante es saber que son muy pocos los alimentos naturales que aportan vitamina D.
Cuando el bebé ya pueda ingerir alimentos sólidos, se puede incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina D como:
- Pescados grasos: salmón, trucha, atún, sardinas, caballa.
- Hígado de ganado vacuno.
- Huevos.
- Mantequilla.
- Hongos.
En la búsqueda de alternativas para llenar los requerimientos de vitamina D que necesita el bebé, se consiguen los alimentos fortificados, es decir, con adiciones de vitamina D en su producción, como:
- Leche (incluída de soya o almendras)
- Yogurt.
- Jugos.
- Cereales.
Efectos secundarios de la vitamina D en bebés
El nivel de consumo diario de 400 UI no afecta la salud del bebé.
Se dan casos donde el bebé presenta algún malestar estomacal en los inicios de la ingesta.
Ante cualquier malestar o síntoma fuera de lo común lo recomendable es consultar la opinión médica.
Basta cambiar la hora de la administración o comenzar con dosis más pequeñas e ir aumentando hasta conseguir la dosis indicada.
Cuando la dosis supera lo recomendado por el pediatra por largo tiempo (niveles tóxicos), puede presentarse acumulación de calcio en sangre (hipercalcemia) lo que causa náuseas, vómitos, debilidad y micción frecuente, insuficiencia renal y arritmias.
Si fuese necesario indicar dosis mayores de vitamina D en el bebé, debe ser bajo supervisión médica, durante un tiempo determinado y haciendo seguimiento de los niveles en sangre.
¿Cuáles son los riesgos en bebés que no tienen suficiente vitamina D?
La deficiencia de vitamina D puede causar en el bebé:
- Raquitismo.
- Problemas en el desarrollo de la estructura dental.
- Fracturas frecuentes.
- Infecciones en las vías respiratorias.
El raquitismo es el ablandamiento y debilitamiento de los huesos en los niños por deficiencia extrema y prolongada de vitamina D.
La falta de vitamina D dificulta el mantenimiento de los niveles adecuados de calcio y fósforo en los huesos.
Si el cuerpo del bebé no recibe suficiente cantidad de vitamina D o no recibe suficiente calcio según su edad o no recibe la combinación de calcio y vitamina D necesarias puede desarrollar raquitismo.
El raquitismo puede causar:
- Retraso en el crecimiento.
- Espina dorsal anormalmente curvada.
- Deformidad en los huesos.
- Defectos dentales.
- Convulsiones.
Se da el caso donde el bebé pese a recibir un suplemento de vitamina D, su cuerpo no la absorbe debido a afecciones médicas como:
- Celiaquía.
- Enfermedad inflamatoria intestinal.
- Fibrosis quística.
- Problemas renales.
Es necesario tomar en cuenta que con la ingesta de ciertos medicamentos como anticonvulsivos y antirretrovirales, se altera el metabolismo de la vitamina D.
Puede ocurrir también que el hígado o los riñones no pueden convertir la vitamina D en su forma activa en el cuerpo.
Consejos para asegurarse de que su bebé obtenga suficiente vitamina D
Durante el primer año de vida, la mejor forma de que los bebés obtengan la dosis recomendada de este nutriente a diario es a través de suplementos líquidos (gotas o soluciones orales).
Los alimentos naturales que contienen vitamina D son pocos (pescados grasos, huevos y hongos) y es posible que durante el primer año de vida no los consuman con frecuencia.
Para solventar esta situación existen los alimentos fortificados (con adición de vitamina D) que pueden conseguirse en el supermercado. Para estos casos lo mejor es revisar detenidamente las etiquetas nutricionales del producto.
Para su mayor absorción, la vitamina D debe tomarse después de comer, de preferencia después del desayuno.
Para cualquier decisión sobre la ingesta de vitamina D en los bebés se recomienda la opinión pediátrica.