El hierro es un mineral esencial para numerosas funciones biológicas, incluyendo el transporte de oxígeno, la producción de energía y el funcionamiento del sistema inmunológico.
Su deficiencia, conocida como anemia ferropénica, es una de las deficiencias nutricionales más comunes a nivel mundial, afectando especialmente a mujeres en edad reproductiva. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que la prevalencia mundial de la anemia es del 30,2% en mujeres no embarazadas y asciende hasta el 47,4% durante el embarazo (1).
Dado que el hierro desempeña un papel crucial en la salud general, es razonable preguntarse si también influye en la fertilidad. Este artículo explora la relación entre los niveles de hierro y la fertilidad tanto en mujeres como en hombres, analizando cómo la deficiencia o el exceso de este mineral pueden afectar la capacidad reproductiva.
¿Qué es el hierro y para qué sirve?
El hierro es un componente fundamental de la hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta oxígeno desde los pulmones a los tejidos del cuerpo. También forma parte de la mioglobina, que suministra oxígeno a los músculos, y participa en diversas enzimas involucradas en la producción de energía y la síntesis de ADN.
Existen dos tipos de hierro en la dieta:
- Hierro hemo: se encuentra en alimentos de origen animal como carnes rojas, aves y pescado.
- Hierro no hemo: presente en alimentos de origen vegetal como legumbres, cereales integrales y vegetales de hoja verde (2).
La absorción del hierro hemo es más eficiente que la del no hemo. Sin embargo, la vitamina C puede mejorar la absorción del hierro no hemo cuando se consume en la misma comida.
Hierro y salud reproductiva femenina
El hierro es esencial para la salud reproductiva femenina. Durante el ciclo menstrual, las mujeres pierden sangre y, con ella, algo de hierro. Sin embargo, los sangrados abundantes o prolongados implican una pérdida importante de hierro, lo que en algunos casos puede llevar a la anemia ferropénica (3).
Esta condición puede generar alteraciones en el ciclo menstrual (ciclos irregulares o ausentes), lo que dificulta el embarazo. Además, el déficit de hierro puede provocar anovulación, que es la incapacidad de los ovarios para liberar óvulos, lo que impediría la concepción.
Hierro, embarazo y desarrollo fetal
Durante el embarazo, las necesidades de hierro aumentan considerablemente debido a la expansión del volumen sanguíneo materno, el crecimiento del feto y la formación de la placenta. La OMS estima que las mujeres embarazadas requieren hasta 27 mg de hierro al día, comparado con los 18 mg recomendados para mujeres no embarazadas.
Una deficiencia de hierro en el embarazo se asocia con múltiples complicaciones:
- Parto prematuro
- Bajo peso al nacer
- Déficit en el desarrollo cognitivo del recién nacido
- Aumento del riesgo de mortalidad materna en países de bajos recursos (2)
Hierro y fertilidad masculina
Aunque la relación entre el hierro y la fertilidad masculina ha sido menos estudiada, es conocido que la anemia ferropénica puede llevar a la fatiga, cansancio, dificultad para concentrarse, entre otros efectos. Estos síntomas pueden desencadenar una disminución de la libido, afectando la vida sexual y la posibilidad de procrear.
Por otro lado, se ha comprobado que el hierro es un componente involucrado en el adelgazamiento, la viscosidad y el Ph del esperma, además de tener un papel esencial en el proceso de formación de los espermatozoides (espermatogénesis). Sin embargo, niveles excesivos de hierro pueden generar alteraciones metabólicas que podrían reducir la fertilidad, así como interferir en la motilidad de los espermatozoides (4).
Hierro e infertilidad
Diversos estudios han explorado cómo el hierro impacta en el éxito de técnicas de reproducción asistida. En una investigación publicada por el Harvard School of Public Health en la que se realizó un seguimiento durante 8 años a 438 mujeres, se encontró que las mujeres que consumieron suplementos de hierro tuvieron un riesgo significativamente menor de infertilidad ovulatoria que las mujeres que no los usaron (5).
Por otro lado, en estudios con mujeres con reserva ovárica baja o diagnóstico de síndrome de ovario poliquístico (SOP), se sugiere monitorear cuidadosamente el hierro debido a la inflamación crónica de bajo grado asociada a estos cuadros, que puede alterar la absorción o el metabolismo del mineral (6).
En contextos de fertilidad asistida, es necesario contar con un estado nutricional óptimo antes y durante los tratamientos, y en particular, con niveles adecuados de hierro que permitan que, una vez lograda la gestación, tanto la madre como el bebé tengan sus requerimientos cubiertos.
Anemia ferropénica: un enemigo común
La anemia ferropénica ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro para producir hemoglobina adecuada y es una condición que puede presentarse en hombres y mujeres afectando diferentes procesos, incluyendo la fertilidad. Las causas comunes incluyen:
- Pérdidas de sangre: menstruaciones abundantes, hemorragias gastrointestinales.
- Ingesta insuficiente de hierro: dietas pobres en hierro o vegetarianas estrictas sin adecuada planificación.
- Problemas de absorción: enfermedades como la celiaquía o el uso prolongado de antiácidos.
Los síntomas de la anemia ferropénica pueden incluir fatiga, debilidad, palidez, dificultad para concentrarse y caída del cabello.
El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que evalúan los niveles de hemoglobina, hematocrito, ferritina sérica y saturación de transferrina. La ferritina es un indicador clave de las reservas de hierro en el cuerpo (3).
¿Cómo tratar la deficiencia de hierro?
El tratamiento de la deficiencia de hierro depende de la causa subyacente y la gravedad de la anemia. Las estrategias comunes incluyen:
Dieta rica en hierro: consumo de carnes magras, legumbres, vegetales de hoja verde y alimentos fortificados.
Suplementación oral de hierro: generalmente en forma de sulfato ferroso, fumarato ferroso o gluconato ferroso.
Suplementación intravenosa: en casos de malabsorción o intolerancia a la vía oral (3).
Para mejorar la absorción del hierro, se recomienda consumir vitamina C junto con alimentos ricos en hierro (por ejemplo, tomar jugo de naranja con las comidas). Por el contrario, evitar consumir café, té o productos lácteos inmediatamente antes o después de las comidas, ya que pueden inhibir la absorción del hierro no hemo
Suplementos de hierro: aliados de la fertilidad
La suplementación preventiva con hierro y ácido fólico en mujeres en edad fértil o embarazadas es una práctica recomendada por la OMS en zonas donde la anemia es prevalente, incluso sin diagnóstico de anemia, ya que se ha demostrado que mejora los resultados maternos y neonatales. La Organización Mundial de la Salud sugiere una dosis de 120 mg de hierro elemental y 2,8 mg de ácido fólico, administrados semanalmente durante todo el embarazo, comenzando lo antes posible después de la concepción (7).
Los suplementos de hierro más comunes son: carboximaltosa de hierro, hierro férrico polimaltosado, hierro sacarosa, sulfato ferroso, gluconato ferroso, citrato férrico o sulfato férrico
Es importante aclarar que, antes de iniciar la suplementación con hierro, tanto hombres como mujeres deben acudir con su médico tratante para que sea este quien determine si es necesario recurrir a esta medida.
Conclusión
El hierro es un mineral esencial no solo para funciones vitales como la oxigenación y la producción de energía, sino también para la salud reproductiva. En mujeres, su deficiencia puede provocar alteraciones hormonales y menstruales que afectan la fertilidad, y en hombres, aunque menos evidente, también puede comprometer la función espermática y hormonal.
Tanto el déficit como el exceso de hierro pueden interferir en la fertilidad y en los resultados del embarazo. Por ello, es fundamental mantener un equilibrio adecuado mediante una alimentación balanceada, y realizar controles periódicos antes de planificar un embarazo o iniciar tratamientos de fertilidad.
Referencias:
1.Administración semanal de suplementos de hierro y ácido fólico (SSHF) a mujeres en edad reproductiva: su importancia en la promoción de una óptima salud materna e infantil. [Internet]. Ginebra. Organización Mundial de la Salud. 2009. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: http://www.who.int/nutrition/publications/micronutrients/weekly_iron_folicacid_es.pdf
2. Iron [Internet]. National Institutes of Health. 2024. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://ods.od.nih.gov/factsheets/Iron-HealthProfessional/
3. Anemia ferropénica. [Internet] Medline Plus. 2023. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000584.htm
4. Tvrda, E., Peer, R., Sikka, S. C., & Agarwal, A. Iron and copper in male reproduction: a double-edged sword. [Internet]. Journal of assisted reproduction and genetics. 2015. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4294866/
5. Chavarro JE, Rich-Edwards JW, Rosner BA, Willett WC. Iron intake and risk of ovulatory infertility [Internet] Obstetrics and Gynecology. 2006. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17077236/
6. Escobar-Morreale HF. Iron metabolism and the polycystic ovary syndrome [Internet].Trends Endocrinol Metab. 2012 [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22579050/
7. Antenatal iron supplementation. [Internet] Ginebra. Organización Mundial de la Salud. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://www.who.int/data/nutrition/nlis/info/antenatal-iron-supplementation