El zinc es un mineral primordial para la regeneración de los tejidos celulares y para la síntesis del ADN. Su función adecuada en el organismo es importante para asegurar el crecimiento y el desarrollo del bebé, tanto durante su etapa de gestación como después de nacer, así como para sustituir las células viejas por otras.
Además, el zinc es una de las enzimas fundamentales en el proceso metabólico de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono.
Este mineral es fundamental para que el cuerpo funcione eficientemente, debido a que protege de un gran número de enfermedades, bacterias y ayuda a luchar contra otras que ya se establecieron en nuestros cuerpos.
La falta de zinc en los alimentos es un problema muy grave que, según la Organización Mundial de la Salud, está vinculado a muchos casos de muertes, ya que este mineral tiene un rol fundamental en nuestro sistema inmunológico. El problema es más común en los países menos desarrollados, pero la falta de zinc también afecta a los países más ricos.
Según la OMS, el consumo mínimo de zinc es de 7 mg por día para las mujeres y 9 mg para los hombres, pero puede variar con la edad. Para las personas mayores, por ejemplo, la cifra puede subir a 8 mg en las mujeres y 11 mg en los hombres.
Es importante para el ser humano tener una dieta basada en vitaminas, proteínas y minerales para mantener la buena salud y un excelente estado físico. Pero entre tantos nutrientes, hay uno que tiene un papel destacado: el zinc.
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Favorece el funcionamiento del sistema cardiovascular
La presencia de zinc está conectada a unos vasos sanguíneos inferiores de sujeción. Ayuda a regular las sustancias que intervienen en el control de la presión arterial.
También es esencial para reparar el daño de los vasos sanguíneos causado por la oxidación del colesterol. Por lo tanto, disminuye el riesgo de aterosclerosis.
Fortalece el sistema inmunológico
La función principal del zinc en el cuerpo se produce en el sistema inmunológico. El zinc es importante para la síntesis de las células inmunes y sus medidas de protección contra virus, bacterias y hongos.
Según la OMS, las personas que no consumen cantidades suficientes de zinc son más propensas a sufrir infecciones y, por lo tanto, los pacientes pasan más tiempo con la enfermedad en comparación con los que tienen una ingesta adecuada de zinc.
Además, aproximadamente 100 enzimas diferentes necesitan zinc para poder catalizar las reacciones químicas que mantienen las funciones celulares eficientes. Por lo tanto, el zinc juega un papel importante en nuestra inmunización, y ayuda a prácticamente la totalidad del cuerpo a funcionar mejor.
Entre todas las vitaminas y minerales con micronutrientes, es el que tiene mayor efecto sobre el sistema inmunológico. Es capaz de reducir la duración y gravedad de la gripe y las alergias.
El mineral también está implicado en la actividad de más de 300 enzimas. Es esencial para la función apropiada de las células y participa en la síntesis y degradación de proteínas, carbohidratos y lípidos.
Previene la depresión
Se determinó que este nutriente mejora los cuadros de depresión, según investigaciones con mujeres jóvenes. Al parecer, facilita ciertas sinapsis (señales intercambiadas entre las neuronas) y esto ayudaría a eliminar los síntomas de intensa melancolía.
El zinc es un mineral que se encuentra en muchos alimentos y tiene un papel importante en nuestro estado de ánimo. Además del zinc, algunas vitaminas nos ayudan a mejorar nuestro humor: entre ellas destaca el papel que tienen las vitaminas del grupo B, específicamente, las vitaminas B3 y B6, que junto al zinc son una importante medicina contra la depresión.
Previene el Alzheimer
El zinc integra una enzima llamada superóxido dismutasa. Esta protege al cerebro contra el estrés oxidativo. Cuando no está presente, el cerebro es muy vulnerable a la acción de agentes infecciosos o dañinos, un factor que aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Controla los síntomas del síndrome premenstrual (SPM)
Las mujeres que consumen más de 10 mg por día de zinc parecen tener menos síntomas de SPM. Sin embargo, este mineral no es el principal para prevenir el síndrome premenstrual sino el hierro, aunque la mujer debe ingerir una dosis considerable de zinc.
La dosis diaria de zinc (y otros minerales para el tratamiento eficaz de SPM, tales como magnesio, calcio y hierro) se puede obtener a través de la dieta o mediante suplementos.
Controla la diabetes
El mineral tiene una estrecha relación con el almacenamiento y la liberación de la insulina. La deficiencia de zinc acelera el proceso de resistencia a esta hormona, lo que nos hace más propensos a contraer diabetes.
Además, la administración de suplementos de este mineral tiene un impacto positivo en el control de la retinopatía diabética, en la que el portador de la enfermedad tiene una alta pérdida de la visión.
Previene la degeneración macular
La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es una enfermedad degenerativa de la mácula y una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 65 años en los EE.UU.
La mácula es la porción de la retina en la parte posterior del ojo involucrada con la visión central.
Se menciona que el zinc juega un papel en el desarrollo de la DMAE por diversos factores:
- El zinc se encuentra en altas concentraciones en la parte de la retina afectada por la DMAE.
- Se ha demostrado que el contenido de zinc en la retina disminuye con la edad.
- Se ha demostrado que las actividades de algunas enzimas retinianas dependientes de zinc disminuyen con la edad. Diversos estudios han demostrado poca evidencia que sugiera una asociación entre el consumo de zinc dietético y la incidencia de DMAE.
Acelera la regeneración de los tejidos y la curación de las heridas
La deficiencia de zinc afecta la reparación de los tejidos cortados. Esto es porque el zinc participa en la producción de colagenasa, la enzima responsable de la producción de colágeno.
Es beneficioso para la mujer durante el embarazo
El zinc es crucial en la etapa del embarazo. De hecho, se recomienda ingerir de 8 a 11 miligramos por día. El déficit de este mineral puede causar infección intrauterina, interrumpir el desarrollo fetal y contribuir al bajo peso del bebé al nacer.
La ingesta de zinc y sus nutrientes pueden ayudar a evitar un embarazo prematuro y optimizar la gestación del bebé hasta las 40 semanas cuando su pequeño cuerpo está ya listo para nacer.
Una dieta equilibrada proporciona las cantidades diarias de zinc para que nuestro cuerpo esté protegido.
Las ostras y los alimentos provenientes del mar son ricos en zinc, pero otras fuentes más comunes pueden ser parte de la alimentación diaria del ser humano.
No obstante, en algunos casos, solamente la dieta no puede solventar la ausencia de la falta de zinc en el organismo. La comida es siempre la mejor opción, pero en casos específicos y bajo indicación médica, es necesario tomar suplementos para satisfacer la ingesta diaria de este mineral.
Una dieta con semillas oleaginosas, tales como nueces y frutos secos, todo tipo de carnes, arroz y pan integral, harán que tu sistema inmunológico funcione mejor. Las semillas de calabaza, avena, frijoles y leche también son buenas fuentes de zinc.
Además, de acuerdo con los especialistas, las personas que sufren de acrodermatitis enteropática (falta de absorción de zinc por el intestino), diabetes, trastornos de la alimentación y enfermedades intestinales y renales pueden requerir el consumo de suplementos de zinc para compensar la falta de absorción causada por estos problemas.
Comentarios finales
En conclusión, el zinc es un mineral fundamental para el organismo de la mujer y del ser humano en general, ya que cumple con papeles importantes en distintos sistemas del cuerpo humano.
En correspondencia con cientos de enzimas lo vuelven uno de los principales minerales y nutrientes en el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo humano.
Por otro lado, cumple con funciones primordiales en la correcta gestación de un bebé durante el embarazo. Esto lo vuelve no solo indispensable para generaciones actuales sino para el bienestar de vidas futuras.