Las enfermedades degenerativas articulares representan una causa creciente de discapacidad crónica a nivel mundial, especialmente en personas mayores de 60 años, aunque no exclusivamente. Se trata de afecciones que afectan las estructuras articulares, principalmente el cartílago, provocando dolor, rigidez, disminución de la movilidad y, en fases avanzadas, discapacidad funcional.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, más de 1710 millones de personas en el mundo sufren de trastornos como artrosis, artritis u osteopenia (1). Estas condiciones, además de su impacto físico, tienen consecuencias emocionales y económicas profundas, tanto en los pacientes como en los sistemas de salud pública.
Este artículo busca explicar en profundidad qué son estas enfermedades, cómo se diagnostican, qué factores las desencadenan, y qué estrategias se pueden implementar para prevenirlas o ralentizar su progresión. Además, se abordarán las alternativas terapéuticas para tratarlas.
¿Qué son las enfermedades degenerativas articulares?
Las enfermedades degenerativas articulares comprenden un conjunto de trastornos que provocan el deterioro progresivo de las articulaciones. A diferencia de otras enfermedades inflamatorias agudas, estas tienen un curso crónico y suelen empeorar con el tiempo si no se tratan adecuadamente.
Las articulaciones son esenciales para la ejecución de movimientos. Por ello es tan importante que se mantengan en buen estado, ya que de ello depende no solo la movilidad de una persona, sino una buena parte de su calidad de vida. Caminar, correr, saltar, bailar, subir y bajar escaleras y levantar los brazos son solo algunas de las actividades cotidianas que pueden verse seriamente afectadas debido a una enfermedad degenerativa articular, sin contar con el dolor y la incomodidad que ocasionan.
Estas son algunas de las enfermedades degenerativas articulares:
Osteoartritis
Es la enfermedad degenerativa articular más frecuente. Se caracteriza por el envejecimiento, desgaste y, en algunos casos, ruptura del cartílago articular, el cual actúa como un cojín entre los huesos. A medida que este tejido se desgasta, los huesos comienzan a rozar entre sí, provocando dolor e inflamación. (2)
Con el paso del tiempo, se puede formar hueso adicional alrededor de la articulación afectada, también conocido como osteofito. Se trata de una condición que puede aparecer en rodillas, caderas, manos o columna lumbar.
Artritis reumatoide
Se trata de una enfermedad de origen autoinmune caracterizada por la rigidez, dolor e inflamación de las articulaciones, especialmente en las manos (muñecas y principalmente dedos). Sin embargo, puede aparecer en cualquier tejido articular, ya que a consecuencia de la inflamación se pueden ver afectados otros tejidos(3).
Artritis juvenil
Es un tipo de artritis que se presenta en la población infanto juvenil y que, al generar inflamación, rigidez y dolor en las articulaciones, puede interferir el proceso de desarrollo de quien lo padece. Si bien no se conoce la causa exacta de su origen, se sabe que en la mayoría de los casos se trata de un trastorno autoinmune, es decir, que el propio sistema inmune ataca los tejidos, causando la inflamación. (4)
Espondiloartropatías
Se trata de un conjunto de trastornos reumáticos inflamatorios interrelacionados que afectan la columna vertebral. Algunas de las espondiloartropatías más conocidas son la artritis reactiva, la artritis psoriásica y la espondiloartritis juvenil (5).
Gota
Es una condición causada por el exceso de ácido úrico en el organismo. En este caso, los cristales de urato se van acumulando en algunas articulaciones, causando inflamación y dolor. (5)
Esclerosis sistémica
La esclerosis sistémica es una condición autoinmune que, si bien afecta principalmente la piel, genera anomalías vasculares que pueden afectar las articulaciones y los órganos internos (5).
Tendinopatía
Es un trastorno que afecta los tendones causando deterioro funcional, inflamación y dolor. Suele presentarse en los hombros, muñecas, rodillas, tobillos o caderas y suele ser frecuente en las personas mayores (5).
Causas y factores de riesgo
Si bien cada condición tiene sus propias causas y factores de riesgo, la combinación de factores genéticos, ambientales y mecánicos son la principal causa de estas patologías en la población general.
Edad: el principal factor de riesgo. Con el paso de los años, las células del cartílago pierden capacidad regenerativa.
Sexo: trastornos como la osteoartritis afectan más a las mujeres, dado que la pérdida estrogénica (asociada a la menopausia) debilita al cartílago.
Genética: antecedentes familiares incrementan el riesgo.
Obesidad: el exceso de peso genera presión sobre las articulaciones, especialmente las rodillas, lo que acelera el desgaste.
Traumatismos previos: lesiones deportivas o laborales mal tratadas pueden desencadenar procesos degenerativos.
Actividad física de alto impacto o falta de movimiento: ambos extremos pueden perjudicar las articulaciones.
Enfermedades inflamatorias autoinmunes: como lupus o psoriasis, que también pueden involucrar estructuras articulares.
Síntomas comunes
Los síntomas suelen comenzar de forma leve y progresiva. Entre los más comunes se encuentran:
- Dolor persistente en las articulaciones, que empeora con el movimiento (excepto en la artritis reumatoide, ya que el movimiento alivia la rigidez y, eventualmente, el dolor).
- Rigidez articular, sobre todo al despertar o después de períodos de inactividad (en los casos de artritis reumatoide, el movimiento alivia la rigidez).
- Sensación de fricción o chasquidos al mover la articulación.
- Inflamación o hinchazón en la zona afectada.
- Pérdida de fuerza y funcionalidad.
- Deformación visible de la articulación (en estadios avanzados de algunas enfermedades).
La intensidad de los síntomas puede fluctuar, presentando periodos de mayor dolor e inflamación, seguidos de relativa mejoría. En casos avanzados, la persona puede requerir ayuda para caminar, vestirse o realizar tareas simples.
Diagnóstico
El diagnóstico temprano es clave para evitar el avance de la degeneración. Los especialistas utilizan diversas herramientas:
- Historia clínica detallada: revisión de antecedentes personales y familiares, síntomas y duración.
- Examen físico: inspección, palpación y prueba de movilidad articular.
- Imágenes diagnósticas:
- Radiografías: permiten observar reducción del espacio articular, osteofitos o deformidades óseas.
- Resonancia magnética: útil para valorar cartílago, meniscos y tejidos blandos.
- Radiografías: permiten observar reducción del espacio articular, osteofitos o deformidades óseas.
- Análisis de sangre: para descartar que otras enfermedades están causando los síntomas (3).
La evolución varía según el tipo y severidad. Mientras que algunas personas logran mantener la funcionalidad por años con tratamiento conservador, otras pueden evolucionar rápidamente hacia una limitación importante. Por esta razón, el diagnóstico temprano es tan importante, ya que puede ayudar a mejorar la calidad de vida.
Opciones de tratamiento
El tratamiento debe adaptarse a cada paciente según el tipo de enfermedad, grado de avance, edad y nivel de actividad. El abordaje ideal es multidisciplinario, integrando medicina, fisioterapia, nutrición y en algunos casos, cirugía. Algunas opciones incluyen:
Antiinflamatorios no esteroides (AINEs): ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco. Útiles para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Sin embargo, no es recomendable automedicarse, debido a los posibles efectos adversos.
Analgésicos: paracetamol, tramadol en casos más intensos.
Infiltraciones intraarticulares: corticoides (para brotes inflamatorios)
Medicamentos de acción lenta: como la glucosamina, condroitín sulfato, diacereína y el ácido hialurónico que se utilizan para la osteoartrosis (6).
Fármacos modificadores de la enfermedad (DMARDs): en casos de artritis reumatoide, como metotrexato, leflunomida o agentes biológicos. (7)
Fisioterapia y rehabilitación: ejercicios personalizados, terapia manual, electroestimulación, ultrasonido terapéutico, calor y frío, etc.
Cirugía: cuando el tratamiento conservador falla, se consideran opciones quirúrgicas como la artroscopia (limpieza y reparación mínimamente invasiva), osteotomía (para realinear la articulación) o la prótesis (artroplastia), especialmente en rodilla y cadera (2).
Colágeno y salud articular: alivio prometedor
En los últimos años, se ha hecho palpable la necesidad de contar con tratamientos eficaces para los diversos trastornos degenerativos articulares, que si bien tienen múltiples causas, tienen en común la inflamación, el dolor articular, la pérdida de la movilidad y, en consecuencia, una disminución en la calidad de vida de paciente.
En ese sentido, el uso de colágeno para la salud articular ha mostrado ser seguro y eficaz, lo que abre una ventana de posibilidades para la prevención y tratamiento de este tipo de condiciones.
Un estudio realizado en pacientes con artrosis de rodilla y publicado en 2023, demostró que la combinación de colágeno no hidrolizado, omega 3 y astaxantina incrementó la movilidad, disminuyó el dolor y la inflamación de las rodillas en los participantes del estudio en un lapso de tres meses (8).
Otra investigación sobre los efectos de la administración oral de colágeno no hidrolizado en enfermedades inflamatorias artríticas mostró que este tipo de colágeno (también llamado colágeno nativo o sin desnaturalizar) contribuyó con una reducción significativa del dolor, la rigidez matutina, la rigidez tras el reposo, el dolor que empeora con el uso de la articulación afectada y la pérdida de amplitud del movimiento. Dicho estudio fue realizado durante 42 días en 5 mujeres de 58 a 78 años que sufrían un dolor articular intenso (9).
Mientras que un ensayo clínico doble ciego que evaluó la eficacia y seguridad del colágeno tipo II proveniente del pollo en comparación con el metotrexato concluyó que el primero es eficaz en el tratamiento de la artritis reumatoide; además de ser bien tolerada por el organismo y la incidencia de efectos adversos es menor que la del metotrexato (10).
Pautas de prevención
Prevenir no siempre es posible, especialmente cuando hay predisposición genética. Sin embargo, adoptar hábitos saludables disminuye el riesgo y la severidad de estas enfermedades. Algunas medidas incluyen:
Control del peso corporal
Mantener un peso saludable reduce significativamente la carga sobre articulaciones como cadera y rodilla (2).
Actividad física regular
Ejercicios de bajo impacto como caminar, nadar, andar en bicicleta o yoga ayudan a mantener movilidad y fuerza muscular, sin dañar el cartílago. Evitar el sedentarismo es crucial para la salud articular.
Protección articular
Usar equipo adecuado al hacer deporte, ergonomía laboral, pausas activas y evitar movimientos repetitivos. Estirar antes y después de la actividad física también ayuda a proteger las articulaciones (11).
Control de enfermedades crónicas
Manejar adecuadamente las enfermedades autoinmunes reduce el riesgo de complicaciones articulares.
¿Por qué son importantes las articulaciones?
Las articulaciones son estructuras que permiten la unión entre los huesos del cuerpo. Algunas son fibrosas e inamovibles, como las que se encuentran en los huesos del cráneo, otras son parcialmente móviles, como las de la columna vertebral y otras son de libre movimiento, como los codos y las caderas (11).
La importancia de las articulaciones es que permiten que el cuerpo sea flexible, además brindan soporte y movilidad, todas estas son funciones indispensables para la ejecución de diversas tareas en el día a día. Por eso, cuando se ven comprometidas por una condición de salud, por una lesión o por la edad, la calidad de vida se ve disminuida.
Conclusión
Las enfermedades degenerativas articulares son un problema de salud pública creciente que afecta a millones de personas en el mundo. Aunque no siempre se pueden prevenir completamente, una combinación de estilo de vida saludable, diagnóstico precoz y tratamiento integral puede marcar la diferencia en la calidad de vida de quienes las padecen.
Los avances médicos actuales ofrecen alternativas terapéuticas que van desde los tratamientos farmacológicos hasta la cirugía, e incluyen avances prometedores como los obtenidos con el colágeno no hidrolizado. No obstante, la prevención sigue siendo la estrategia más efectiva y accesible para la mayoría de la población.
Consultar a un profesional de la salud ante los primeros síntomas articulares es fundamental para evitar complicaciones y preservar la movilidad en el tiempo.
Referencias
1.Trastornos musculoesqueléticos [Internet]. Ginebra. Organización Mundial de la Salud. 2021. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/musculoskeletal-conditions
2. Osteoartritis [Internet]. Estados Unidos. Medline Plus. 2024. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000423.htm
3. Artritis reumatoide [Internet]. Estados Unidos. Medline Plus. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/rheumatoidarthritis.html
4. Artritis juvenil [Internet]. Estados Unidos. Medline Plus. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en:https://medlineplus.gov/spanish/juvenilearthritis.html
5. Verhaar, J. Degenerative and Inflammatory Joint Diseases.[Internet]. Reino Unido. 2021.The EFORT White Book: “Orthopaedics and Traumatology in Europe. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK585963/
6.Mongil E., Sánchez I., Torre F., Callejo A., Arizaga A.. Fármacos de acción lenta (Sysadoa) en el tratamiento de la osteoartrosis. [Internet]. España. Rev. Soc. Esp. Dolor. 2006. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462006000700007&lng=es.
7.Disease-Modifying Antirheumatic Drugs (DMARDS) [Internet]. Estados Unidos. Cleveland Clinic. 2024. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://my.clevelandclinic.org/health/treatments/disease-modifying-antirheumatic-drugs-dmards
8.Negrete-Corona J, Encalada-Díaz MI. Effectiveness of the fixed combination of type II native collagen, omega-3 and astaxanthin in patients with knee osteoarthritis. [Internet].Acta Ortopédica Mexicana. México. 2023. [Consultado el 19 de mayo de 2025]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37857395/
9. Bagchi D, Misner B, Bagchi M, Kothari SC, Downs BW, Fafard RD, Preuss HG. Effects of orally administered undenatured type II collagen against arthritic inflammatory diseases: a mechanistic exploration [Internet]. International Journal of clinical pharmacology research. 2002. [Consultado el 19 de mayo de 2025]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12837047/
10.Zhang LL, Wei W, Xiao F, Xu JH, Bao CD, Ni LQ, Li XF. A randomized, double-blind, multicenter, controlled clinical trial of chicken type II collagen in patients with rheumatoid arthritis. [Internet]. Arthritis and rheumatism. 2008. [Consultado el 19 de mayo de 2025]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18576295/
11.Health Lesson: Learning About Joints [Internet]. National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases. Estados Unidos. 2024. [Consultado el 11 de abril de 2025]. Disponible en: https://www.niams.nih.gov/health-topics/educational-resources/health-lesson-learning-about-joints