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Los beneficios del magnesio en el embarazo

El embarazo es un periodo de intensos cambios fisiológicos, hormonales y emocionales que requieren una nutrición adecuada para asegurar el bienestar de la madre y el desarrollo saludable del feto. Uno de los minerales clave en este proceso es el magnesio, un micronutriente esencial que interviene en más de 300 reacciones bioquímicas del organismo. Aunque muchas veces sus beneficios pasan desapercibidos, su déficit puede tener consecuencias importantes durante la gestación.

Por esta razón vamos a descubrir por qué el magnesio es tan importante en el embarazo, y cómo puede beneficiar tanto a la madre como al bebé. También analizaremos los signos de deficiencia, sus causas y cómo asegurar una ingesta adecuada.

¿Qué es el magnesio y por qué es esencial?

El magnesio es un mineral que el cuerpo necesita para funciones vitales como la producción de energía, la contracción muscular, la transmisión nerviosa y la síntesis de proteínas y ADN. Durante el embarazo, la demanda de magnesio se incrementa debido al crecimiento del feto, la formación de tejidos y el aumento del volumen sanguíneo.

En ese sentido, el magnesio es esencial durante la etapa de gestación porque contribuye con el desarrollo óseo y muscular del feto, la regulación de la glucosa en sangre y la presión arterial y el transporte activo de iones de calcio y potasio a través de las membranas celulares, un proceso esencial para mantener un ritmo cardíaco normal (1).

En este artículo ampliamos los beneficios del magnesio en la salud femenina.

Recomendaciones diarias durante el embarazo

La cantidad diaria recomendada de magnesio varía según la edad de la embarazada:

  • 400 mg/día para mujeres de 14 a 18 años
  • 350 mg/día para mujeres de 19 a 30 años
  • 360 mg/día para mujeres mayores de 31 años (1).

Beneficios del magnesio durante el embarazo

Regulación de la glucosa en sangre

El magnesio desempeña un papel crucial en el metabolismo de la glucosa. Su deficiencia puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, una condición que puede afectar tanto a la madre como al bebé a corto y largo plazo y que, en la mayoría de los casos, puede desaparecer después del parto, pero puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 en el futuro.

Estudios han sugerido que una ingesta adecuada de magnesio mejora la sensibilidad a la insulina y puede ser útil en la prevención de esta alteración metabólica. Por ejemplo, un metanálisis publicado en 2024 indica que, si bien no está clara la eficacia de la suplementación con magnesio para la diabetes gestacional, en general, en comparación con la intervención de control para la diabetes gestacional, la suplementación con magnesio puede reducir significativamente esta condición (2).

De hecho, el estudio concluye que la suplementación con magnesio puede ser efectiva para el tratamiento de la diabetes gestacional sin tomar tratamiento con insulina. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que se trata de una investigación científica que no sustituye el diagnóstico y tratamiento de un médico especialista.

Reducción del riesgo de preeclampsia

La preeclampsia es una complicación grave del embarazo que se caracteriza por hipertensión arterial y daño en órganos como los riñones o el hígado. Algunos ensayos clínicos han demostrado que la suplementación con magnesio puede reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia, especialmente en mujeres con factores de riesgo previos (3).

En ese sentido, el sulfato de magnesio se usa desde hace muchos años en embarazos con complicaciones. Al principio, en 1926, se empezó a usar para prevenir y tratar las convulsiones en mujeres con eclampsia, una complicación grave del embarazo. Con el tiempo, se vio que también ayudaba a reducir los riesgos para la madre en casos de preeclampsia grave, lo que hizo que su uso se volviera común.

A medida que se hicieron más investigaciones, se descubrió que el sulfato de magnesio también podía ayudar a retrasar el parto cuando este se adelantaba demasiado, actuando como un relajante del útero. Por eso, se empezó a investigar más sobre su seguridad y efectividad en mujeres con preeclampsia, eclampsia y riesgo de parto prematuro.

Hoy en día, el sulfato de magnesio es el tratamiento principal para la preeclampsia durante un corto período (menos de 48 horas, por lo general) para proteger al bebé y a la madre en casos de preeclampsia, eclampsia o parto prematuro (3).

Disminución del riesgo de parto prematuro

El parto prematuro ocurre cuando las contracciones y otros signos del parto empiezan antes de la semana 37 de embarazo. Esto puede ser riesgoso porque los bebés que nacen antes de tiempo tienen más posibilidades de sufrir complicaciones de salud.

En estos casos, se puede usar sulfato de magnesio para frenar o retrasar las contracciones. Este medicamento actúa relajando los músculos del útero, ayudando a que el embarazo continúe un poco más de tiempo y el bebé tenga más oportunidades de desarrollarse mejor antes de nacer.

Sin embargo, como los riñones del bebé aún no funcionan completamente, el magnesio puede tardar más en eliminarse del cuerpo del recién nacido. Por eso, este tipo de tratamiento debe ser administrado con precaución.

Para ayudar a reducir riesgos, muchas veces se administra el sulfato de magnesio junto con corticoides como la betametasona. Este medicamento no solo protege al cerebro del bebé prematuro, sino que también ayuda a que sus pulmones maduren más rápido, preparándolo mejor para respirar por sí solo al nacer (3).

Actividad neuroprotectora

Cuando el cerebro no se desarrolla correctamente durante el embarazo o los primeros años de vida, puede generar condiciones que dificultan la movilidad, como la parálisis cerebral.

Se cree que el sulfato de magnesio ayuda a proteger al cerebro del feto porque estabiliza las células, mejora el flujo de sangre al cerebro y mantiene la presión arterial más equilibrada. También puede reducir la inflamación y los daños causados por sustancias dañinas como los radicales libres. Además, estimula la producción de una proteína que protege las neuronas del cerebro.

Por todo esto, en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó usar sulfato de magnesio para ayudar a proteger el cerebro de los bebés prematuros y reducir las consecuencias negativas de nacer antes de tiempo (3).

Mejora del estado de ánimo

Durante el embarazo, los cambios hormonales pueden aumentar la vulnerabilidad emocional de la mujer. Por esta razón, mantener niveles óptimos de magnesio puede tener un efecto positivo sobre el bienestar emocional.

Una revisión sistemática de 27 estudios sobre magnesio y depresión encontró que, si bien no se puede descartar una causalidad inversa, una mayor ingesta de magnesio en la dieta parece estar asociada con una menor sintomatología depresiva. Además, el estudio sugiere que, la suplementación oral de magnesio puede prevenir la depresión y podría utilizarse como terapia complementaria, aunque faltan más estudios al respecto (4).

¿Cómo detectar una deficiencia de magnesio en el embarazo?

Una deficiencia leve de magnesio puede pasar desapercibida, ya que los síntomas pueden confundirse con los típicos del embarazo. Sin embargo, una carencia moderada o severa puede manifestarse a través de:

  • Calambres musculares frecuentes
  • Temblores o espasmos
  • Fatiga y debilidad
  • Náuseas o vómitos
  • Irritabilidad o ansiedad
  • Palpitaciones
  • Pérdida del apetito

En casos más graves, la hipomagnesemia puede derivar en arritmias cardíacas, convulsiones o alteraciones neurológicas. (1).

Sin embargo, los niveles séricos de magnesio no siempre reflejan el estado real del mineral en los tejidos, por lo que es necesario consultar con el médico especialista para que determine los estudios correspondientes.

¿Qué causa la deficiencia de magnesio durante el embarazo?

Durante el embarazo, los niveles de magnesio en sangre pueden verse reducidos por diversas causas. En el primer trimestre, la pérdida de apetito junto con las náuseas y los vómitos pueden disminuir significativamente la ingesta calórica total de la mujer embarazada, lo que puede derivar en deshidratación, alteraciones en los electrolitos, etc.

Estas condiciones, frecuentes en las primeras etapas del embarazo, suelen tratarse con medicamentos contra las náuseas y, en algunos casos, con hidratación intravenosa, sin representar un riesgo importante para la madre ni el bebé. Hacia el final del embarazo, el aumento del volumen sanguíneo y la expansión de los compartimentos de líquidos corporales pueden provocar una disminución de los niveles de magnesio sérico por efecto de dilución. Si a esto se suma una alimentación deficiente o un estado general de salud física y mental deteriorado, puede aparecer hipomagnesemia (déficit de magnesio), con posibles consecuencias negativas tanto para la madre como para el feto (3).

¿Cuáles son los efectos de un déficit de magnesio?

Tener bajos niveles de magnesio en el cuerpo se ha relacionado con una inflamación constante, un aumento de sustancias que dañan las células, problemas en el funcionamiento de las mitocondrias (que son como las fábricas de energía de nuestras células) y una mayor cantidad de grasa en la sangre. Esto hace que haya más partículas que se oxidan fácilmente, lo cual no es bueno para la salud. Además, la falta de magnesio durante el embarazo podría afectar la salud del bebé a largo plazo, aumentando el riesgo de enfermedades en la adultez. Aunque el magnesio no forma parte directamente del sistema que nos protege del daño de los radicales libres, sí ayuda a que una enzima importante (llamada gamma-glutamil transpeptidasa) funcione bien. Esta enzima participa en la producción de glutatión, una sustancia que actúa como defensa antioxidante. Por eso se cree que el magnesio podría tener un efecto protector frente al estrés oxidativo (3).

Alimentos ricos en magnesio recomendados durante el embarazo

Una dieta equilibrada es clave para mantener niveles óptimos de magnesio. Los alimentos que más lo aportan son:

  • Vegetales de hoja verde (espinaca, acelga, col rizada).
  • Legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles).
  • Frutos secos (almendras, nueces, maní).
  • Semillas (calabaza, chía, girasol, lino).
  • Cereales integrales (avena, quinoa, arroz integral).
  • Pescados grasos (salmón, caballa).
  • Carnes rojas y blancas (carne de res, aves de corral).
  • Chocolate negro (mínimo 70% cacao).
  • Lácteos (leche, yogurt).
  • Frutas (aguacate, cambur).

Incorporar estos alimentos en las comidas diarias no solo aporta magnesio, sino también fibra, proteínas, grasas saludables y antioxidantes, esenciales para un embarazo saludable (5).

¿Es necesario suplementar magnesio en el embarazo?

Pueder ser beneficioso tomar magnesio como suplementación cuando:

  • La dieta es insuficiente o desequilibrada.
  • Existen síntomas compatibles con deficiencia.
  • Hay factores de riesgo (embarazos múltiples, vómitos intensos, antecedentes de preeclampsia o parto prematuro).

Sin embargo, sólo el médico tratante u obstetra puede determinar la idoneidad de la suplementación  ya que esta debe adaptarse a las necesidades de la embarazada.

Tipos de suplementos de magnesio

No todos los suplementos de magnesio son iguales. Algunas formas son mejor absorbidas por el organismo que otras. Las más comunes incluyen:

Citrato de magnesio: alta biodisponibilidad (llega rápidamente al sistema circulatorio). Por su efecto laxante se utiliza para tratar el estreñimiento a corto plazo (6).
Glicinato de magnesio: mejor tolerado a nivel digestivo. Recomendado en personas sensibles. Está elaborado a partir de una combinación del mineral magnesio y un aminoácido conocido como glicina (7).

Óxido de magnesio: alta concentración, pero menor absorción. Al igual que el citrato de magnesio, tiene un efecto laxante.
Sulfato de magnesio: se puede administrar por vía oral, intramuscular, intraósea o intravenosa. Se utiliza como tratamiento de emergencia para tratar condiciones como la hipomagnesemia, la eclampsia y la preeclampsia (8).

¿Qué pasa si se consume demasiado magnesio?

El magnesio proveniente de alimentos no representa ningún riesgo para la salud. Sin embargo, un exceso de magnesio por suplementos puede causar efectos adversos, especialmente si se combinan con ciertos medicamentos o si existen problemas renales. Los síntomas más frecuentes de sobredosis son: diarrea, náuseas, calambres abdominales, hipotensión, letargo o debilidad muscular.

Ante cualquiera de estos síntomas o sospecha de hipermagnesemia es imperativo ir al médico.

Conclusión

El magnesio es un mineral fundamental para el desarrollo saludable del embarazo. Su papel abarca desde el fortalecimiento del sistema musculoesquelético fetal hasta la prevención de complicaciones como la preeclampsia, los calambres, la diabetes gestacional y el parto prematuro.

La mejor forma de asegurar una ingesta adecuada es a través de una alimentación rica en vegetales, legumbres, semillas y granos integrales. En casos de riesgo o deficiencia, la suplementación puede ser una herramienta útil bajo supervisión médica.

Garantizar niveles óptimos de magnesio es una inversión en la salud de la madre y del futuro bebé.

Referencias

  1. Magnesium [Internet] National Institutes of Health. Estados Unidos. 2022. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://ods.od.nih.gov/factsheets/Magnesium-HealthProfessional/
  2. Liwei Luo, Yu Zhang, Hong Man Wang, Danyan Chen, Li Li. The efficacy of magnesium supplementation for gestational diabetes: A meta-analysis of randomized controlled trials. [Internet]. European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology. 2024. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0301211523008588
  3. Reinaldo Marín, Cilia Abad, Deliana Rojas, Delia I. Chiarello, Heicher Rangel, Alejandro Teppa-Garrán, Miguel Fernández, Fernando Ruette. Magnesium salts in pregnancy. [Internet]. Journal of Trace Elements and Minerals. 2023. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2773050623000241
  4. Derom, M. L., Sayón-Orea, C., Martínez-Ortega, J. M., & Martínez-González, M. A. Magnesium and depression: a systematic review. [Internet]. Nutritional neuroscience. 2013. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23321048/
  5. Magnesium [Internet]. The Nutrition Source.2023. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://nutritionsource.hsph.harvard.edu/magnesium/
  6. Citrato de magnesio. MedlinePlus.2019. Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a619019-es.html
  7. Magnesium glycinate: Is this supplement helpful for you? [Internet]. Mayo Clinic. 2024. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://mcpress.mayoclinic.org/nutrition-fitness/magnesium-glycinate-is-this-supplement-helpful-for-you/
  8. Matthew A. Hicks; Alka Tyagi. Magnesium Sulfate [Internet]. StatPearls. 2023. [Consultado el 02 de mayo de 2025]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK554553/